El acto de amar implica riesgos, pero también puede sanar las heridas del corazón

En la vida, solemos creer que la perfección es la clave para la felicidad. Nos esforzamos por mantener una imagen perfecta de nosotros mismos, de nuestras relaciones, de nuestras emociones. Pero ¿qué son realmente las imperfecciones, cuando hablamos del corazón? ¿Acaso la perfección es un estado objetivo que podemos alcanzar? ¿O es una ilusión que nos distrae de lo que es realmente importante en la vida? Quizás lo que da sentido a todo es la mutación del amor, dejando de ser un sustantivo y convirtiéndose en el verbo amar.

El corazón perfecto

El corazón perfecto es el que se atreve a amar

Hace tiempo leí el relato de “El Corazón Perfecto”, y descubrí que en esas letras nos muestra que la verdadera belleza no se encuentra en la perfección, sino en las cicatrices y en las imperfecciones que acumulamos a lo largo de nuestras vidas. Cada una de esas cicatrices representa un momento en el que entregamos amor a alguien, un momento en el que nos arriesgamos a abrir nuestro corazón y a dejarnos vulnerables. Algunas de esas cicatrices pueden ser dolorosas, pero todas ellas son una prueba del amor que hemos compartido y de la vida que hemos vivido. Por eso amar vale el tiempo invertido y las cicatrices que deja.

El anciano de la historia nos enseña que amar no siempre es fácil, y que a veces el amor puede causar dolor. Pero también nos muestra que el amor es algo que vale la pena arriesgar, porque es lo que hace que nuestras vidas tengan sentido y nos da la fuerza para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.

Amemos nuestras cicatrices

No tengas miedo a la imperfección del amor

En lugar de buscar la perfección, debemos aprender a aceptar nuestras cicatrices y a amarnos a nosotros mismos por quienes somos, con nuestras fortalezas y debilidades. Debemos aprender a amar a los demás de la misma manera, aceptando sus imperfecciones y apreciando el amor que nos dan.

Así que la próxima vez que sientas que algo en tu vida no es perfecto, recuerda esta historia y piensa en todas las cicatrices que has acumulado a lo largo del camino. Reflexiona en el amor que has compartido y en cómo te ha hecho más fuerte y más sabio. Y recuerda que, aunque no seamos perfectos, somos hermosos de todas formas, porque llevamos el amor en nuestro corazón. Nunca te arrepientas de amar porque es una señal que estás viva o vivo.

“El Corazón Perfecto” es un relato conmovedor que nos recuerda que la verdadera belleza no se encuentra en la perfección, sino en las cicatrices y en las imperfecciones que acumulamos a lo largo de nuestras vidas. Debemos aprender a aceptar nuestras cicatrices y a amarnos a nosotros mismos y a los demás por quienes somos, con nuestras fortalezas y debilidades. Así es como encontraremos la verdadera felicidad y el amor en nuestras vidas.

Y tú ¿tienes un corazón perfecto?, déjanos tu comentario.


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